martes, 21 de diciembre de 2010

Educación, interacción y TICs en el campo de las tecnologías de alto turmequé



Educación, interacción y TICs en el campo de las tecnologías de alto turmequé


En los datos acerca de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs), generalmente se relacionan términos "sofisticados": tecnología e información son dos de ellos. Pero en cuanto estamos asimilando estos productos de la llamada "era de la información", ya estamos pasando a otras "eras".




Por ejemplo actualmente podríamos hablar que una de las eras que acrecienta sus tentáculos paralelamente a otras, es la "era de la creatividad". Y es que efectivamente no sólo basta con tener información... ni informática. Pensando así, lo "sofisticado" de la jerga propia de las TICs, no lo es tanto si revisamos épocas pretéritas de los procesos educativos, informativos y de la comunicación.



Por otra parte hay otros dos conceptos un poco más antiguos: Conocimiento y Educación. Es justamente uno de ellos el que ha estado paralelamente corriendo con la "trans-era de la creatividad", pero también con la “era de la información”. Entonces siempre ha habido una "era del conocimiento" transversal a las que llegan de moda cada tanto tiempo. Esto es, que la educación como proceso que se ocupa de la posibilidad de heredar conocimientos, ha permanecido acompañando a todas las sociedades en sus procesos sincrónicos y diacrónicos. Es decir, tanto a las distintas tendencias de cada época, como a la distinción entre hechos cronológicos.



La educación ha sido pilar fundamental de todas las eras, pues bien sea de manera presencial o virtual, ha habido siempre la búsqueda de formar, por encima de la simple transmisión de información. En este sentido, la educación ha implicado una serie de adaptaciones, cambios y transformaciones, sea cual fuere el sistema formativo en ejecución durante una época determinada. Pero además de ello, también las personas se adaptan. Sangra (2002), hace énfasis dentro del proceso educativo, en las adaptaciones que las personas operan para acomodarse frente a la información y al conocimiento.



“(…) ya sea por el impacto de la llamada Sociedad de la Información y del Conocimiento o sea, simplemente, porque las relaciones sociolaborales de las personas deben readaptarse a nuevas situaciones empresariales y personales, estamos asistiendo a un cambio de hábitos de los individuos que se están reflejando también en los procesos de formación. Así, y especialmente a medida que la edad de los estudiantes aumenta y, con ella, las responsabilidades a que están sujetos, la necesidad de ofrecer sistemas de formación que superen los obstáculos generados por los desplazamientos o por la falta de tiempo para asistir a las clases, se hace cada vez más evidente” (Sangra, 2002).



Para este autor, han sido varias las circunstancias que han dinamizado el campo de la educación y lo han catapultado hacia los modos de formar, informar y transformar. En consecuencia, “la educación convencional no va a desaparecer, pero sí a transformarse” (Ídem). La interacción es sin embargo un elemento fundamental que atraviesa los procesos educativos bien sean presenciales o a distancia. Y es justamente en este sentido de la interactividad que deseo lanzar un ejemplo para el análisis de lo que implica la innovación y la creatividad. Para el caso, innovar instrumentos de cuerda con tecnologías de alto turmequé, frente a innovar en educación a través de las herramientas de las TICs. Si bien el ejemplo es ajeno al campo educativo y de la información, se pueden establecer ciertos paralelos a propósito de lo que significa innovar.



Tecnologías de alto turmequé aplicadas a una innovación
Pero y entonces: ¿qué es turmequé?, ¿por qué hablamos de un turmequé alto?, ¿existe acaso un turmequé bajo?; ¿por qué emplear un concepto sofisticado al lado de un concepto propio de un idioma indígena, pero que en Colombia es símbolo de "lo popular" e incluso de "lo ignorante"?.
Empecemos diciendo que Turmequé es una palabra de los idiomas chibchas que traduce al castellano: "jefe vigoroso". En el sentido expuesto por los significados de la palabra turmequé, un asunto de "alto turmequé" significa algo muy difícil, bastante importante o de muy buen gusto. Ese es el significado que en la vida cotidiana y en el habla coloquial andina colombiana se le ha dado a la expresión.



Un ejemplo del empleo de las tecnologías de alto turmequé es el caso de la invención de un instrumento musical de cuerda llamado simbiófono.

http://www.youtube.com/user/simbiofono


De la familia de los cordófonos, el simbiófono es -definido de una manera tosca- la unión de dos, tres o cuatro instrumentos musicales de cuerda. Su inventor, Don Pedro Murillo, un colombiano oriundo del departamento de Boyacá, prefiere autocalificarse como un "loco", no como un "inventor". Su aporte a la música interpretada con instrumentos de cuerda, no necesariamente es muestra física de grandes avances informáticos.




Lo que hay detrás de este avance de la cultura sonora mundial es una fuerte dosis de tecnologías de alto turmequé. Interacción es tal vez el eje sobre el cual Don Pedro fue encontrando las formas de innovar no sólo las formas de interpretar instrumentos de cuerda, sino de beneficiar la versatilidad tanto de intérpretes como de instrumentos. Como ya dije anteriormente, las líneas gruesas que estoy escribiendo acerca del instrumento, son apenas asomos de las tareas de investigar, ensayar, errar, intentar y otras acciones más que el citado inventor ha tenido que emplear. Y que sin duda continúa haciéndolo, con el fin de andar el infinito campo que ofrecen unas cuerdas y unas maderas. Con esos recursos materiales, además de las ideas, la interacción entre instrumentos emprende su innovación. A este despliegue de creatividad es al que llamo tecnología de alto turmequé.


Interacciones informadas, educación y tecnologías de alto turmequé
Si por buscar la interacción entre instrumentos musicales legados por generaciones de inventores, inventoras e intérpretes, una persona es “loca”, entonces quienes buscamos a través de diversas estrategias, la priorización de las interacciones en la educación, también lo somos. Y es que si revisamos las tareas del inventor del simbiófono, son perfectamente asimilables a las que deberían realizar todas las personas interesadas en aportar a los avances de los conocimientos en los multiversos. A lo que apunto es, que antes que emplear bien las herramientas tecnológicas, las TICs y las demás disponibles como resultado de las eras de la información, del conocimiento, de la creatividad, hemos de tener presente la importancia de las interacciones. Según lo señalado por Sangra (Ibíd.) tanto en procesos autónomos como en los basados en la comunicación, la interacción “es considerada un efecto positivo” (Ídem).



Con la intervención de las redes tecnológicas son más evidentes las interacciones en la educación. Para el caso de la invención del simbiófono, las interacciones son basadas en las tecnologías de alto turmequé. Es decir la constante experimentación informada entre interpretaciones, formas y elementos constitutivos de los instrumentos musicales. Es la puesta en movimiento de la creatividad basada en conocimientos profundos de aquello a innovar. De allí que tanto en la educación, como en otros campos –como por ejemplo el de la música-, no es suficiente la disposición de las TICs o de otras tecnologías –como la interpretación de instrumentos musicales-.

Lo primordial para lograr una buena combinación entre información, comunicación y tecnologías son las interacciones, las cuales se hacen sobre la base de conocer.
Estamos en la era de los conocimientos, pero también de la información, la informática, la creatividad. Y más que siempre, permanecemos transformando una era que ha sido fundamental para fraguar avances científicos: la de las tecnologías de alto turmequé.

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